Viendo pasar las nubes fué pasando la vida, y como una de ellas te infiltraste por mi hastío. Así como se unen los bordes de una herida.
Recordando las últimas utopías (con ojos de agua), consternan de sombra todas las cosas simples; y ahora nuestras vidas se mueven como constelaciones.
El olvido como el agua del mar, nos dá una sed más honda… que la sed que nos podría quitar.
Y echaré un vistazo a las nubes, sin pensar en tu sonrisa, con el hábito sordo de un viejo marinero que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar...